Hola, mi nombre es Liam y considero que soy un buen socorrista. Hoy quiero compartir con ustedes como influir en una gran amiga de 21 años que se comunicó conmigo por teléfono, luchando con pensamientos suicidas, baja autoestima porque ha recibido maltrato psicológico por parte de su padrastro, que hasta le ha propuesto mantener relaciones sexuales. Entre otras de sus preocupaciones, me contó que ha consumido drogas y cuando no lo hace, no se siente tranquila. Es decir, sufre de ataques de ansiedad, porque no consume drogas, a parte no tiene buen hábito alimenticio. Como en su casa me conocen y soy persona de confianza, pedí permiso para que pasara unos días de vacaciones con mi familia. Enseguida asistimos a un centro de rehabilitación a para que participara la charla y se desahogara totalmente, en su primera sesión, a parte de recibir un tratamiento de desintoxicación, habló durante más de una hora, contando todos sus problemas con su padrastro. Una de las recomendaciones que le dieron a ella, es que debía denunciar a su padrastro, sin importar lo que pensara su madre. Efectivamente así lo hizo. A las siguientes semanas, las autoridades lo detuvieron y actualmente está arrestado por los cargos de acoso sexual. Por un momento su madre la reprochó porque no le había contado nada. La razón es que mi amiga no sentía la fortaleza para hacerlo, además su madre estaba enamorada de ese desgraciado. Después de ese episodio, quedaron secuelas de ese trauma a mi amiga, por lo que yo continué acompañándola a las terapias de rehabilitación. Ella avanzó tanto que dejó por completo la adicción a las drogas. Adicionalmente, el doctor del centro de rehabilitación hizo mucho trabajo de validación, empoderamiento y señaló sus fortalezas hasta que la hizo sentir más cómoda. Los avances de ella en el centro fueron grandiosos que se notó una gran diferencia entre el inicio de las terapias cuando ella estaba lidiando con emociones muy intensas, hasta el final de las sesiones, que todos pudimos reír y llorar de felicidad. Finalmente ella se sintió muy agradecida… Entre lágrimas de alegría, recuerdo sus palabras: "Muchas gracias por tu ayuda, me salvaste la vida". Para reflexionar les puedo decir que cualquier persona puede pasar por un problema, cuyas vía de escape sea pensar en quitarse la vida, quizás esconda la tristeza detrás de una sonrisa. Mi recomendación es brindarle ayuda y pedirle que se desahogue. De ser necesario, acompañar a esa persona a un especialista o terapeuta. Si se pone en contacto con un grupo de apoyo para la depresión o adicción, al final del camino te aseguro que se sentirá mucho mejor y habrás salvado una vida. Siempre tengo buena disposición para ayudar a las personas que tienen problemas. ¿Qué opinas de mi anécdota? cometa lo que quieras.